EL BLOG DE ISMA

miércoles, 27 de enero de 2010

Que mujer tan guapa tienes…

El otro día escribí sobre los hombres que miran los culos de las mujeres y dicho texto fue censurado porque quien ya todos sabéis, me dijo: “pareces un viejo verde, como el vecino de abajo”, aparte de que no le gustaba el contenido de lo escrito.

Por si no lo conocéis, el vecino de abajo se llama Valeriano y es un señor que vive con su mujer. Ambos están entre los 60 o 70 años de edad, el caso es que Valeriano es un señor muy amable conmigo y excesivamente amable con mi mujer, ambos tienen una pequeña tiendecita en la esquina de la calle donde vivimos donde venden chucherías y helados únicamente en las temporadas en las que no aprieta el frio.

El caso es que Valeriano tiene un hobby muy entretenido, no voy a decir que le mira el culo a mi mujer pero se lo mira cada vez que le ve subir las escaleras, no es la primera vez que Lidia se lo encuentra a solas y le dice lo guapa que es y la suerte que he tenido yo estando con ella e incluso le regala chucherías de la tienda para que Lidia pase más rato con él, cuando Lidia llega a casa me cuenta que él la mira con deseo y que parece que se recree con ella y eso le hace sentir incómoda, a pesar de todo como Lidia es muy amble a veces se ha ofrecido a darle dos besos a él y su señora por cortesía. En el fondo Valeriano sabe que si le da una chuche a Lidia, ella se queda más rato para no parecer descortés.

Evidentemente yo creo a Lidia aunque cada vez que yo me cruzo a solas con Valeriano me cuenta que él cuando era joven era un deportista veloz, que él baila muy bien y se ligó a su mujer en una sala de baile y que hasta hace bien poco salían a bailar juntos, que el siempre come sano porque siempre se ha cuidado, que se ducha cada día sin falta, que no tiene coche porque le gusta caminar y cada vez que sale a correr hace 8 kilómetros sin descansar; llegó a contarme que su mujer y él ya no dormían juntos porque con la edad la gente empieza a tener manías y dolores en el cuerpo y cuando uno se movía un poco en la cama despertaba al otro y que era mejor dormir separados; él todo orgulloso me dijo que en el sofá-cama se dormía mucho mejor que en la habitación y muchas cosas más…

…Un día me confesó que yo tenía una mujer muy guapa y yo le dije con voz seria y amenazante: “Valeriano, como se entere tu señora te la corta con las tijeras”, entonces él se atemorizó y le cambió la cara, por un momento me miró como si yo tuviera acceso a todos sus pensamientos más íntimos como si yo lo hubiese visto todo desde el primer día que se acercó a mi mujer. Debió pensar que hablaba en serio y que si yo quisiera le podría contar a su mujer todas las veces que se ha girado para ver como Lidia sube las escaleras o la veces que ha sacado “d’estrangis” chucherías de la tienda para dárselas a Lidia y así retenerla durante 5 segundos más y pensó que realmente existía esa posibilidad de que su mujer se la cortaría con las tijeras, era como si su mujer le hubiese dicho alguna vez “como mires otra vez a la del segundo, ¡te la corto!” y ahí estaba yo para decir otra vez la misma frase que retumbaba en su oídos continuamente, ¿O quizá era esa la razón por lo que su señora se había comprado esa misma semana unas tijeras nuevas?.

Tras esta conversación pasó más de un mes en que Lidia y yo dejamos de ver a Valeriano, hubo un día que nos cruzamos con su señora en el portal y le preguntamos por Valeriano, que hacía mucho que no lo veíamos ¿dónde se había metido?… y riéndose nos dijo: “¿este?, cuando llega el invierno no sale de casa ni para ir al médico” luego siguió diciéndonos que él era un quejica y que a la mínima que hacía frio ya estaba dando por saco y se volvía muy pesado, que no para de discutir.

Yo no respiré tranquilo hasta que el otro día, llegando de trabajar miré hacia su ventana y lo vi ahí dentro de su casa sin abrir la ventana, colándose entre las cortinas y asomándose entre ellas sonriendo y saludándome con la mano como queriendo decirme: “amigo mío, estoy bien, no me han cortado nada” o a lo mejor quería decirme: “amigo mío, hace sol y ya mismo volveré a abrir la tienda de chuches, que mujer tan guapa tienes…”

miércoles, 13 de enero de 2010

Magia

La magia no existe, pero mientras nadie le busque otro nombre seguirá siendo magia…

sábado, 2 de enero de 2010

Carta a los Reyes Magos. 2010

Querido reyes magos,

este año me he portado muy bien y las veces que me he portado mal he pedido perdón antes de que mi pegarán la bronca. En casa he colaborado como si yo viviese aquí y lo he hecho sin quejarme aunque reconozco que a veces me ha costado mucho fregar los platos y alguno se me ha roto sin querer; yo le digo a Lidia que deberíamos comer con platos y cubiertos de plástico porque es más práctico pero ella dice que no. La idea del lavavajillas la estamos valorando.

En el trabajo al principio del año pasa lo de siempre, que te ríes de los compañeros y les haces bromas pero cuando se acercan las navidades empiezo a portarme bien salvo el día de los santos inocentes que aproveché para ser un poquito malote…

He ido a ver a mi madre una vez o dos a la semana y cada vez que me ha mandado a tirar el pan o sacar la basura cuando me iba lo he hecho sin escaquearme, lástima que ya no tenga tantas pastas de chocolate en el armario de arriba porque sino iría más a menudo.

Con la Lidia la he querido mucho y la he hecho reír cada vez que la veía tristona, me he dado cuenta que cuando me pongo pesado con mis tonterías y le pongo histérica al final, acaba haciendo tonterías ella también así que esto vale como algo bueno. Otra cosa es que ya no le pido que me pele las gambas ya que no está bien abusar de los demás.

Este año no me he ido enfadado a dormir ningún día por culpa de Barça ya que ha sido un año muy bueno y hemos ganado todos los títulos pero por favor, perdóname si durante lo que queda de temporada las pago con Henry ya que tendrían que haberlo traspasado.

Bueno, aquí tienes mi lista de regalos:

  • - Una fondue de queso.
  • - Un Jersey
  • - Fichas del póker + mantel
  • - Un bonsái.
  • - Unas botas de fútbol sala.
  • - Maletín de magia

Si me traéis algo más mucho mejor pero por favor, calzoncillos y calcetines ya tengo suficiente, eso sí, un trozo pequeño de carbón de ese dulce me podéis traer que está muy bueno.

Gracias.