EL BLOG DE ISMA

jueves, 22 de diciembre de 2011

Tiempo

Suena muy temprano el despertador ultimamente y siente vacio en una habitación tan grande, solo de pensar que seguirá siendo así en los próximos tiempos le aturden, las piernas le dicen que todavía están dormidas y las arrastra hasta el baño del hotel donde se hospeda, ya es el segundo día que les dice que una de las luces está fundida y parpadea demasiado pero solo le ofrecieron que recogiera sus cosas y se cambiara de habitación. No tengo tiempo, dico. Delante del espejo se mira y ve que algo salió mal en el pasado.

Todo va demasiado rápido últimamente, trabajos a contrareloj, citas a las que llega tarde, imprevistos siempre urgentes y la presión de querer estar a la altura, de no fallar. No se identifica con ese ritmo; no se responsabiliza de lo que pasa.

Conoce a gente que inesperadamente le hacen olvidar por un momento el frenetismo con el que vive, sus preocupaciones, sus ilusiones y su pasado. El chico colombiano con voz siempre afónica le cuenta que huyo de su país porque mataron a su jefe, la chica del flequillo pierde una apuesta estúpida sobre su edad; cada uno en su momento te hacen sentir que pueda pararse todo y continuar en otro momento para lo que nunca encuentra tiempo.

Siente que ya lleva mucho tiempo con lo mismo, se hace el fuerte y vuelve a arrastrar las piernas hasta llegar donde quería solo para no fallar y otra vez y delante del espejo, sintiendo la soledad a la que no se acostumbra se intenta convencer de que no hay que mirar al pasado con ira ni al futuro con temor, que se ha de mirar alrededor con atención.

He vuelto...

domingo, 5 de junio de 2011

Un año y diez días después vuelvo.

Me fui sin avisar y vuelvo sin avisar, como los dolores de muelas. Todavía no se si vuelvo para seguir escribiendo o he hecho una pausa ahora que tengo tiempo.
Ha sido un año muy rápido, por tanto, ha sido un año que han pasado muchas cosas, con mucho trabajo en el trabajo, con mucha guerra de la que pretendo aislarme para no herir; en resumen, han pasado muchas cosas pero solo contaré las que no quiero olvidar.
No quiero olvidar que la tortuga sigue viva, que me monté un acuario porque me aburrí un día de invierno. Otro día que me aburrí pirateé la wii y ahora ya no juego. La Lidia y yo ya no jugamos a la videoconsola por las noches, no me gustaron nunca las motos y la Lidia se compró una moto negra y me la saqué de encima… ahora tengo una blanca que la Lidia no quiere llevar, he acertado cuando decía que la depilación laser era un timo, también cuando sabía que este año no aprobaría más de dos. Sabia que iríamos a Londres y que me tocaría caminarme toda la ciudad (el camino de Santiago para otro año…).
Pero sobretodo hay unas cosas que no han cambiado: los amigos, las tristezas, las alegrías y tú que haces que me guste mi vida.
Por cierto, aquí tenéis la foto que os prometí en mi última entrada:

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Volveré…