Que no haya escrito en los últimos días no ha sido culpa mía, he estado ocupado en la playa:
En casa del cuñado comiendo paella:
Tampoco he podido escribir mucho porque he tenido mucho trabajo:
Imagen de archivo tomada en julio 2004
y también porque tengo que preparar las maletas para irme de vacaciones, que por cierto, no se si desde Asturias podré escribir pero se intentará.
Por culpa de la visitas de algunos de vosotros a mi casa la Lidia me hizo limpiar el piso para que no lo vierais sucio.
Imagen de archivo tomada en primavera 2008 (Lidia no te enfades por la foto)
He de reconocer que estos días, aunque he estado liado, he tenido mucho tiempo para ponerme en el ordenador, pero cuando por fin me siento y estoy dispuesto a escribir en el blog me acuerdo que le tengo un vicio a un juego de tiros que es demasiado y cierro el blog y me pongo a jugar.
Creo que he vuelto a mi adolescencia, hasta hace poco me viciaba por aburrimiento pero esto de ahora es vicio puro, de estar enganchado, y lo noto cada vez que empieza la partida, incluso me escondo de la Lidia como hacía antiguamente de mi madre para que no se enfadara al ver los deberes sin hacer y yo dándole a la maquinita. Muchas veces pienso que ya se me pasará el vicio y volveré a ser el Isma ordenado y responsable que sabe establecer prioridades. Lo bueno de esto es que la Lidia si que me deja jugar, cuando alguna vez le he preguntado: puedo jugar al ordenador; ella me dice: “¡claro que si!” y no se porque, desconfío que me deje jugar tan felizmente y sospecho de que seguro que hay gato encerrado...
El caso es que he vuelto a desarrollar una sensación que pensé que ya había enterrado cuando me hice hombre y es que cuando me vicio a un juego me siento culpable. Culpable por no estar con mi mujer hablando, culpable por no recoger la habitación antes de jugar, culpable por preparar la cena tan tarde, culpable por no salir a comprar la comida con mi mujer, culpable por no echarme la siesta, culpable por dejar a Los Cojones 2 días sin agua, culpable por no ir a ver a mi madre, culpable por aguantarme el pis hasta que acabe la partida, culpable por ocultar las rozaduras de los dedos, culpable por haber roto el micro del ordenador y no haberle dicho nada a Lidia, culpable por comerme todas las chuches del bote mientras jugaba, culpable cuando han pasado 2 horas y apenas me he dado cuenta, culpable por sentirme culpable y culpable por no escribir en el blog… pero bueno, como he dicho antes… ya se me pasará el vicio y volveré a ser el Isma ordenado y responsable que sabe establecer prioridades…
Os dejo que voy a jugar una partida… pero solo una, lo prometo…
Ismael, yo soy como las madres...hago ver q no me doy cuenta xro lo veo todo...y yo si establezco prioridades y la principal esq tu seas feliz y no te agobie el hecho de tener obligaciones. Todos debemos disfrutar de tiempo de ocio (pa q veas q se me queda algo de lo q studio en Sociología...jejeje). En el fondo, disfruto viendote jugar, t explico: te crees q no te veo cuando te cargas a alguien en el juego y empiezas a reírte a carcajadas como si fueras el "rey del mundo" (entonces yo, esté dónde esté, se me pega una sonrisa sólo de escucharte) y cuando el juego va bien y empiezas a chillar "me han subido d nivel", me río de nuevo y esq verte disfrutar es una satisfacción!
ResponderEliminarQ más da q hagas la cena tarde si al final la haces y q mas da q no recojas entre semana si al final el sábado pones el turbo y haces todo lo pendiente.
Aunq claro... si tuvieramos una kelly (q limpia) podrías jugar todas las horas q quisieras, eh!... :)