Un año más... (26)

Ayer fue mi vigésimo sexto cumpleaños. Mi día fue de lo más normalito.
Me levanté a la hora de siempre pero esta vez solo tuvo que sonar una vez el despertador, me arreglé y antes de irme a trabajar me despido de la Lidia que seguía durmiendo pero ella se despertó y empezó a cantarme el cumpleaños feliz… yo pensé: “genial, se ha acordado!” pero por la voz que tenía parecía que había estado toda la noche despierta para que no se le olvidase mi cumple.
Llevo al trabajo dos bizcochos hechos por mí que a simple vista parecía estar malo pero que una vez lo prueba el primero (que valor!) y dice que está bueno vienen los otros detrás hincando el diente, eso sí, tuve que decir que no los había hecho yo para no alarmar al personal. A fecha de hoy ninguno ha pillado la baja.

Durante la mañana muchos besos, muchas felicidades y bla bla bla… me llama mi primo el Pau y me dice dos cosas superimportantes:
1-Felicidades
2-Te dejo que no tengo saldo.
Mira Pau… mejor un día quedamos y hablamos un rato largo vale? Pago yo! Jeje!

Salgo de trabajar y voy a casa de mi madre que no está y por lo tanto no hay regalo y por lo tanto uno la llama para reclamarle mi regalo, me dice que ha ido al médico con mi padre y por lo tanto no hay regalo.
Por la noche al Isma ¡se lo llevan de cena! ¡Que emoción! ¡Voy a comer fuera de casa! Mi cuñado el hippy con su hippy-señora nos invitan a cenar en un restaurante que se llama “¿Qué fue?” pues eso digo yo… ¿que fue de mis 25 años?

Agrandes cimientos.
Quiero agradecer a todos los que me mandasteis un sms, los que me dejasteis un mensaje en el feisbuc o el blog (aunque fuese para no gastar saldo), los que me llamasteis al teléfono y los que lo hicisteis en persona.
Gracias! Y gracias a vuestras gracias…