EL BLOG DE ISMA

viernes, 5 de junio de 2009

Quiero ser calvo...

Uno de los objetivos estéticos de mi vida es ser calvo, y lo digo abiertamente como cuando uno decide ser bailarín. De hecho cuanto más tiempo pasa más me apetece... y vosotros diréis: ¿para que quieres ser calvo? Un calvo está lleno de ventajas, la primera y más conocida es que no te tienes que peinar (y por lo tanto tienes más tiempo para dormir por las mañanas), no te tienes que secar el pelo, no te tienes que poner gomina, no tienes que ir al peluquero.... lo más interesante sería ver como las tías me dicen “hayyy mi calvito” y las que me tienen cariño me dan un beso en la calva o me tocan la calva para ver que se siente, ¡o que me resfriegen un décimo de lotería para que les de suerte!
Muy a mi pesar mío tengo que pensar con la otra parte de mi cerebro (Lidia) y tajantemente ya me ha dicho que ni se me ocurra raparme, que estaré muy feo; tal y como lo dice parece que nunca más me volverá a hablar.

Unos días antes de ir a la peluquería me voy mentalizando, “mi próximo corte de pelo va a ser al cero”, conforme se acerca el día voy hablándolo con Lidia y voy cambiando poco a poco de opinión, “bueno pues, me rapo al uno que se me vea algo de pelo” unos días más tarde pienso: me rapo al dos que más o menos ya no es tan corto como dice Lidia...

Llega el gran día y entro en la pelu, decidido y deseoso de ser calvo. El peluquero me invita a sentarme y esperar mi turno, tic tac tic tac... por mi cabeza pasan todos mis amigos y conocidos calvos que no le importan serlo y yo quiero ser uno de ellos, por fin llega mi turno, me siento enfrente del espejo y el peluquero coge las tijeras, me mira y me dice: "¿cómo siempre?" Y yo le contesto “cortito de los lados y por arriba me pasas las tijeras”...

(noto un largo silencio en mi interior)

No ha habido huevos... me pesa mucho la otra parte del cerebro. Pero estoy seguro de que un día seré valiente, y no cederé y le diré al peluquero... “quítame hasta el último milímetro de pelo” y el peluquero me mirará y pensará para sus adentros “por fin te has decido chavalote” porque él sabe que yo quiero ser calvo pero que no hay cojones; ese sexto sentido que tienen los peluqueros.

El otro día me miré al espejo analizando como me quedaba mi último corte de pelo y se me iluminaron los ojos cuando me di cuenta de que me están saliendo unas entradas estilo Andrés Iniesta... ¡SÍ!... se me empieza a caer el pelo... cuando Mahoma no va a la montaña... es la montaña quien va a Mahoma...
¡Gracias Montaña!

6 comentarios:

  1. Ismael, dicen que la calvicie es hereditaria...y ¿verdad q no hay ningun calvo en tu familia? Ni tu padre, ni tus hermanos... entradas las que quieras!
    Quitate la idea de ser calvo, q ahora estás muy guapo!!!

    ResponderEliminar
  2. Tío ... rapate, unas buenas gafas de sol y a romper! ;)

    ResponderEliminar
  3. la próxima vez vete a la peluquería con los cojones en la mano. Total a lidia le parecerá mal por un rato y después se acostumbrara. Y cuando realmente estés decidido a hacerlo rapate pero con navaja, para que el cambio sea definitivo y tu mujer tenga que aceptarte de una buena vez tú calva. Suerte y que envidia que ya tienes tus entradas. Saludos.

    ResponderEliminar
  4. a mi me encantaria ser calvo ya tengo entradas y creo que coronilla pero el pelo que tengo esta largo y tapa pero no termino de raparme no le gusta a mi madre y quiero tenerla contenta pero ella sabe que lo hare llevo muncho tiempo queriendolo hacer cada vez se cae mas en cuanta claree mas me rapoojalas sea pronto ya mismo cumplo 28ojalas para entoces este rapandome por calvo ser calvo es lo mejor lo deseo. saludos

    ResponderEliminar
  5. si sabeis de algun producto que produzca la caida del pelo decirlo por fa

    ResponderEliminar