Me ha vuelto a pasar, toda la semana esperando el momento de ir a la peluquería para raparme al cero, otra vez mi mujer haciendo campaña para que no la haga. Seguro de mi mismo: “por mis huevos que hoy me rapo toda la cabeza”.
Salgo de casa y mi corazón empieza a palpitar despacio, tal y como voy llegando a la peluquería los pálpitos se hacen más intensos, abro la puerta y entro a la peluquería, mi corazón sigue palpitando a más no poder, cuando el peluquero me hace sentarme en la silla y casi noto que me revienta el corazón, saca las tijeras y me dice:
- ¿te lo corto como siempre?”
Por mi cabeza pasa la imagen de mis tres mujeres (Lidia/madre/suegra) pidiéndome que no me rape la cabeza.
- Sí, cortito y por arriba un poquito más largo, que me pueda peinar…
Otra vez, no ha habido huevos. Mi corazón vuelve a su estado normal. Le comento al peluquero todo lo que me pasa cada vez que voy a su peluquería y me dice:
- “A la próxima chico, a la próxima…”
Para los que no hayáis leído la primera parte, click aquí: “Quiero ser calvo”
Y que guapo estás ahora! eh! guapetón!
ResponderEliminarhe decidido que ya no te quiero
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